Si nos ponemos a reflexionar nuestra vida es un constante aprendizaje, lleno de fallos y aciertos que finalmente nos llevan a un resultado óptimo y satisfactorio; desde nuestros primeros pasos y por el resto de nuestras vidas estamos en constante actualización de nuestro saber por medio de experiencias personales y colectivas.
La educación es un derecho humano y una herramienta fundamental para el desarrollo de personas y sociedades, una pieza clave para acabar con la desigualdad, tanto a nivel nacional como mundial, ya que permite a los niños y niñas de todo el mundo adquirir conocimiento en distintas áreas y formar opiniones personales sobre todo aquello que los rodea e incumbe. A través de la educación dotamos a las personas de estrategias y herramientas necesarias para fortalecer las características propias de cada uno; facilitando así la integración a la sociedad.
Si se incrementa la educación en el mundo se podría acabar con la pobreza y generaríamos un mundo con grandes expectativas futuras; ya que si los niños de hoy reciben más y mejor educación ellos harán lo mismo con las generaciones siguientes y así sucesivamente, se irá creando un circulo vicioso ininterrumpido de enseñanza que resultará en un mundo igualmente desarrollado y con las mismas posibilidades para cada persona.
Si nos ponemos a pensar, hace 100 años atrás la educación era precaria y la sociedad vivía a duras penas; hoy las distintas generaciones han desarrollado diversos avances tecnológicos mundialmente reconocidos que han ayudado a mejorar la calidad de vida de los habitantes de cada país.
Es necesario ver la educación como una invitación a ser más, en lugar de una motivación a tener más; implicando un compromiso para ayudar a los demás, ya que nuestra importancia como seres humanos tiene sentido a partir de la relación con nuestros pares.
Pero no debemos olvidarnos de quien nos forma, ya que si pensamos en educación necesariamente debemos pensar en aquellos que educan, que inspiran, a ser como ellos e incluso más, y forman.
Los docentes cumplen una gran función dentro de todas las sociedades, ya que son ellos los que entregan las herramientas necesarias para que los niños aprendan y experimenten el mundo desde distintas perspectivas. Ellos ayudan a desarrollar nuestras virtudes y a corregir nuestros errores, nos transmiten sus conocimientos y ayudan a la construcción de la base de la sociedad.